Técnicamente los tratamientos de
ovodonación son positivos en un 50-60% de los casos. Cuando te enfrentas a los
tratamientos siempre lo haces con la ilusión de que esta vez va a ser la buena
(si no fuese así no tendría sentido hacérselos). Pero, ¿y qué pasa cuando la
ovodonación falla?
En mi caso tenía muy claro que sólo iba
a hacer un tratamiento de ovodonación. Después de 3 IA y 4 Fiv negativas más un
tratamiento de embriones congelados también negativo, tenía claro que sólo lo
intentaría una vez más, y que si no salía bien, hasta ahí llegaba mi lucha. Eso
era algo que pensaba entonces, ahora después de haber sido positivo, y tener a
mi niña al lado, no tengo tan claro que arrojara ahí la toalla.
Que la ovodonación diese negativo era un
tema que me asustaba bastante porque técnicamente era la última posibilidad de
ser madre, bueno, me refiero a estar embarazada físicamente, pero una vez
tomamos la decisión de intentarlo, deje de pensarlo y me centre en la idea de
que saldría bien sí o sí. Creo que ya conté que para mí hacer la ovodonación supuso
un momento de relax, en el que confié plenamente en los médicos y no sentía la
presión de que mis embriones no evolucionarían, a lo mejor por eso, una vez
dado el paso no tuve la sensación que pudiese ser negativo.
Ahora estoy convencida de que si hubiese
sido negativo me hubiese llevado una decepción enorme, como seguro os ha pasado
a las que os ha dado negativo, y creo que me hubiese costado mucho remontarlo…
Pero también estoy segura de que aunque en un primer momento hubiese dicho que
sólo un tratamiento, creo que lo hubiese vuelto a intentar por lo menos una vez
más.
Pero ¿qué hacer cuando todas tus esperanzas
en un tratamiento se frustran de nuevo? Lo primero de todo es pasar el duelo,
ese momento en el que necesitamos caer y deshacernos en mil pedazos. Es bueno
llorar, no sólo es bueno, hay que hacerlo, porque tenemos que sacar fuera esos
sentimientos de pena, desesperación y angustia para poder recomponernos de
nuevo. Tomarnos un tiempo para serenarnos y asumir lo sucedido también es necesario.
Cada una tenemos unos tiempos y debemos respetarlos. No porque nos digan que sigamos
luchando tenemos que seguir si en ese momento no tenemos fuerzas para hacerlo. Pasar
una etapa de duelo después de cada negativo no es sólo bueno, si no que es
necesario para que nuestra mente pueda tomar energías nuevas y continuar si es
eso lo que deseamos.
Después del duelo vendrá una etapa de
¿qué hacer? Esos momentos de incertidumbre son los peores, porque nunca sabes
si lo que estás haciendo es lo mejor, pero desde aquí os digo una cosa. Lo
mejor opción siempre es la decisión tomada. Nunca penséis qué hubiese pasado si
hubieseis hecho otra cosa… Eso nunca os va a traer nada bueno, y regodearnos en
si nuestra suerte hubiese sido diferente por una decisión equivocada no va
ayudarnos a cambiar la situación. La única forma de cambiar la situación es
seguir hacia adelante, en uno u otro sentido pero siempre hacia adelante y con
la tranquilidad de que somos humanos y nos confundimos, y las decisiones
tomadas son fruto de momentos determinados y con la información disponible en
ese momento. Por eso la decisión que tomemos siempre será la correcta seguro!!
Ahora toca decidir, sí o no. Coger aire
profundamente y salir a correr el siguiente maratón!!
¿Y vosotras? ¿Cómo habéis afrontado un
tratamiento fallido? ¿Alguna con negativo en un tratamiento de ovodonación que
pueda aportar su experiencia personal? Estoy segura que vuestros comentarios
pueden ayudar a muchas chicas como nosotras!!