jueves, 10 de abril de 2014

¿Cuánto tardé en pasar el duelo genético?

El otro día una chica me preguntaba a través de un email que por qué me decidí por la donación de óvulos en vez de por la donación de embriones.

Tardé un par de días en escribir mi respuesta porque la verdad no tenía muy claro que contestarla y a raíz de eso se me ha ocurrido hablar sobre el duelo genético.

Realmente la donación de embriones no me la llegué a plantear muy en serio, primero porque según los médicos nos explicaron el problema era básicamente de mis óvulos, y una cosa es que yo renunciase a mis genes y otra que hiciese renunciar a mi marido a los suyos. Y segundo porque una vez que lo hablé con uno de los gines de la SS no fue excesivamente entusiasta con su respuesta, pero una cosa que dijo me dejó un poco con la duda (y creo que algo de razón tendría), que los embriones que se adoptan vienen de parejas que han tendido problemas para quedarse embarazados, por lo que partimos de embriones en los que no hay mucha seguridad de la calidad que tienen y de cuál ha sido el problema de sus “padres”, por lo que los resultados de estas técnicas son menos buenos que las técnicas de donación de gametos. Por el contrario la donación de embriones es mucho más económica que la donación de gametos y puede ser una opción para parejas que necesiten una doble donación y además no dispongan de mucho dinero (ya sabemos que los tratamientos de fertilidad son muy caros y negativo tras negativo minan la salud bancaria de la mayoría).

Según avanzábamos por los tratamientos (3IA y 4FIV 1 transfe vitrificados), la opción de la ovodonación se iba haciendo cada vez más patente, y aunque en un primer momento yo estuve incluso tentada de hacer una FIV más para intentarlo con mis genes, finalmente me rendí a las evidencias y a lo que mi gine me recomendó. En una reunión post transferencia de vitrificados con beta negativa, mi gine me dijo muy sabiamente cuando yo le plantee hacer una FIV más, que ya era hora de ser feliz y sobre todo de dejar sufrir. La conversación posterior con ella fue sobre las expectativas de éxito con la ovodonación y todas las dudas sobre el tratamiento a seguir.

Salimos de la consulta con la promesa de darle una vuelta y volver a llamar para iniciar el tratamiento una vez lo tuviésemos muy claro y decidido.

Me costó unos 4 meses tomar la decisión, bueno, más que tomar la decisión, decidirme a llamar.. Era como si en mi cabeza lo tuviese claro pero mi corazón fuese incapaz de dar el paso adelante, porque darlo significaba dejar atrás mi carga genética… y aunque ahora lo pienso y me parece una soberana tontería, me costó mucho tomar la decisión. Lloré mucho, porque siempre soñé con tener un peque en el que pudiese identificar mis rasgos como yo hacía con mis padres, verte reflejada en alguien diminuto que apenas sabe comunicarse pero que tiene gestos y rasgos que son tuyos… Asumir que eso nunca lo vas a tener, es duro, pero realmente sería mucho más duro no poder tener la oportunidad de ser madre, y eso es lo que finalmente me ayudó a tomar la decisión.

Durante esos cuatro meses marido y yo hablamos mucho, bueno, durante esos cuatro meses y los anteriores cinco años de tratamientos, e incluso nos llegamos a plantear la posibilidad de seguir nuestra vida sin niños… y la verdad, que la sola idea de no ser madre nunca me causaba más ansiedad que los propios negativos… así que sopesadas todas las opciones y tras asumir que la carga genética es algo insignificante y que por encima de todo está el ser madre y el poder criar y cuidar a un ser independiente,  y ayudarle a ser una persona feliz, finalmente me sentí con las suficientes fuerzas para tomar la decisión y dar un paso adelante.

La primera cita con mi gine para comenzar el tratamiento fue muy feliz… he de reconocer que salí de la consulta con una ilusión enorme y con ganas de comerme el mundo, y con la seguridad de que había dado el paso acertado. Desde entonces y hasta que empezó el tratamiento, me sentí con una paz interior que hacía mucho tiempo que no sentía. Me había descargado de toda responsabilidad y me había quitado un peso enorme, el peso de los negativos. El nuevo tratamiento podía fallar o no, pero no dependía exclusivamente de mis óvulos y eso me daba una fuerza y una calma que hacía mucho tiempo no sentía.

Para mi hay un antes y un después de aquella decisión, y sé que es la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. Si estáis leyendo esto porque os encontráis pasando el duelo genético o estáis a punto de decidir si optáis por donación de gametos o embriones, pensad que lo que más importante de todo es que gracias a estas nuevas técnicas vais a poder crear vida, llevarla dentro de vosotras y sobre todo se abre una puerta nueva a vuestra felicidad.

Como muchas ya sabréis actualmente me encuentro en la semana 22 de mi embarazo por ovodonación en el primer intento y me siento la mujer más feliz del mundo, y lo único que pienso a veces es por qué tardé tanto en tomar esta decisión que ha cambiado mi vida para bien.

10 comentarios:

  1. En mi caso no me planteé en ningún memonto la adopción de embriones simplemente porque nuestro único problema era que yo no produzco ni he producido óvulos en mi vida, no había necesidad de renunciar al 100% de nuestra carga genética sabiendo además que el esperma de Papimelli era estupendo. Es cierto que la adopción de embriones es una buena opción por económica, pero tal y como dices no debemos olvidar el origen de esos embriones.

    Por otro lado es curioso... yo no tuve duelo genético, es más me dieron la solución de mi problema un viernes y el lunes mi marido estaba haciendose el seminograma... fué dicho y echo, somos prácticos y quizá algo insensatos la verdad jajaja.... más tarde leí en un artículo muy interesante que el duelo genético es necesario pasarlo para establecer posteriormente una relación adecuada de apego con ese futuro bebé.
    En cualquier caso mi problema es diferente al de cualquier otro porque yo llevo desde los 17 años haciéndome a la idea de que quizá una donación de ovocitos era mi única salida.
    Me ha parecido una entrada muy interesante. Un besote

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    1. Si, supongo que no será lo mismo cuando sabes desde muy pronto que tienes un problema y que tus opciones son las que son...
      Yo pienso muchas veces que ojala con 33 años hubiese sabido que mi problema era mi mala calidad ovocitaria y hubiese hecho la ovodonación mucho antes... pero en fin, la vida se ha presentado así y al final todo sirve para aprender y crecer y sobre todo para reafirmarme que el deseo de ser mama es superior a cualquier otra cosa.
      Un beso

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  2. En nuestro caso, tras el último negativo teniamos claro que iriamos a ovo, por lo mismo que has explicado. Por desgracia ha tenido que ser aparcado. Eso no ha evitado que esté pasando el duelo genético, porque lo del embarazo lo veo ya tan complicado. Y una adopción también conlleva mucho duelo.
    Un besito

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    1. Si, el proceso de adopción también requiere pasar ese duelo genético y además es un proceso tan largo en el que dependes de terceros para avanzar que te entiendo perfectamente... Ójala algún día puedas intentar la ovo...
      Un beso y muchísima fuerza!!!

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  3. De la adopción de embriones te diré que hay diferentes opciones, en mi clínica por ejemplo tienen 2 precios, una para embriones sobrantes de tratamientos de otras parejas y uno de embriones provinientes de 2 donantes anónimos, en el segundo caso los obtienen de ovodonaciones canceladas fecundando con semen de donante, según mi clínica en este caso el éxito es el mismo de ovodonación y el coste sensiblemente inferior. Pero está claro que esta opción sólo sirve para dobles donaciones o mujeres solteras. Un besazo grande!

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    1. Muy interesante tu comentario, no sabia que también había donación de embriones de doble donante.. desde luego suena a mejor opción que embriones sobrantes de tratamientos... Gracias por tu aportación.
      Un beso!!

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  4. En mi caso fue poco a poco. Creo que decidimos ovo en un periodo mas o menos rápido. Creo que nos ayudaron los negativos tras negativos y que, desde un principio, nuestros peque en su mayoría se paraban en el laboratorio, por lo que sabíamos que algo no iba bien.

    Personalmente, y echando la vista atrás, me arrepiento de todo el tiempo "perdido" con el test mixto, pero bueno, quizás nos ayudó a ver claramente que teníamos que ir a doble donante.

    A veces pienso que mis hijos no tendrán nuestros rasgos,....pero enseguida pienso que eso no es lo importante, porque si hubiéramos pasado a adopción lo querríamos igual, lo cual me confirma que el ser madre o hijo no es algo que viene en tu ADN sino en tu corazón.

    Mucho besos!!!

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  5. Estos foros son justo lo que necesitaba. Estoy en pleno duelo genético. A mí caso se le suma que soy de una etnia bastante rara y siempre soñé con hijos que fueran 50 % raros como yo. No paro de llorar. Y la opción de donante anónimo me aterra. No me imagino teniendo hijos y desconocer por completo el origen de la carga genética. Lo que más me aterra es que duelo genético nunca termine. Por favor, alguien que me oriente.

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  6. Me ha encantado tu blog!. Yo también he pasado por el duelo genético es duro, pero cuando no te queda otra opcion para ser madre, o lo haces asi o no seras madre nunca. Y yo ya en nada me pinchare decapytel y creo que no tardará mucho para el resto eso me ha dicho mi genetista. Un beso

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  7. Somos dos mamás de una preciosa niña, que sólo es genéticamente de una de nosotras y de un donante anónimo. Tengo que decir que todos esos miedos que se plantean aquí arriba en nuestro caso terminaron con el nacimiento. Tener un hijo es una experiencia tan intensa que cuando lo tienes delante lo último en lo que se piensa es en la genética. Cada persona lleva esto de una manera. Nosotras, por ejemplo, una siente "eso" del duelo genético y a la otra le da exactamente igual este asunto, dice que son sus hijos igual, los quiere y los cría exactamente igual que si los hubiera parido ella misma. A mí me encanta que me digan que se parece a mí, y a ella? A ella le duele eso? No, le encanta que se parezca a mí. También es cierto que desde que comienzas una relación con una mujer sabes que si quieres tener hijos tendrá que ser genéticamente sólo de una parte, así que supongo que es un proceso de duelo y de coger fuerzas que dura prácticamente toda la vida. Ahora estamos en tratamientos para conseguir un hermanito y hemos decidido que lo vuelva a tener la misma porque a ella no le apetece quedarse embarazada y a mí me apetece repetir, sin más.

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