miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Qué cuesta una ovodonación?

Hoy quiero contaros los gastos que supone una ovodonación. En varios capítulos os iré contando las distintas cosas que tenga que ir pagando para que os hagáis una idea del coste total.

Para empezar tendremos que elegir la clínica. En la capital hay mucha oferta al respecto. Los precios varían entre los 5.000 y los 8 o 10.000€ de las más caras. El precio es más elevado que una Fiv porque hay que incluir la medicación y la gratificación a la donante y además el estudio médico y las ecografías y controles de ambas. En algunas clínicas te dejan aportar tú la medicación (por si la tienes de tus tratamientos anteriores o por si la puedes conseguir más barata) y entonces este importe se descuenta (unos 1.000€), y luego al precio hay que sumar el coste de la medicación tuya que gracias a Dios en este caso no es muy cara, o por lo menos lo que me han mandado a mí.
Como ya he dicho antes, los precios de las clínicas varían de unas a otras, e incluso sé de clínicas que permiten hacer tratamientos con donante compartida (lo leí en un foro de unas chicas que iban a una clínica de Barcelona a hacer este tipo de tratamiento) y los gastos se reparten por lo que el tratamiento es más barato pero también se cuenta con menos óvulos. De cualquier manera, y sabiendo que el dinero es muy importante y que lo que nos ofrecen en todas es prácticamente el mismo tratamiento, para mí, lo más importante a la hora de decidir clínica fue la confianza. Por eso, cuando nos planteamos intentar ser papis con ovodonación no nos lo pensamos dos veces y no pedimos información en ningún sitio. Teníamos claro que seguiríamos en el Hospital que nos trataron por la SS pero por lo privado, porque para nosotros la confianza con nuestra gine era lo más importante y por eso no hubo duda ni discusión.

Respecto a los costes os detallo nuestro tratamiento:
1ª cita en la clínica. 150€.
Este coste es fijo en todas las clínicas de reproducción, la primera cita para contarles tu vida y que te propongan tratamiento suele costar 150€, vamos que es tarifa plana en casi todas las clínicas. Hay algunas que siendo socio de ASPROIN (Asoc. Nacional para los problemas de infertilidad) la consulta sale más barata o es gratis y luego también tienen descuento en los tratamientos.

1 caja de microdiol. 11€
Anticonceptivo para preparar los ovarios una vez nos confirmaron que teníamos donante. Me he tenido que tomar una caja entera y 3 días más, pero tuve la suerte de que me quedaban pastillas sueltas de otro tratamiento y por eso solo tuve que comprar una caja.

1 Decapteptyl 3,75mg (1vial inyectable). 154€
Esta es la medicación más cara que me han mandado. Se trata de un inyectable que te tienen que poner intramuscular por lo que hay que acudir a una enfermera o practicante. Yo como tengo seguro médico no me costó nada, pero si no lo tienes tendrás que acudir a un centro privado y preguntar cuánto cuesta, si averiguo el coste os lo pondré en el siguiente capítulo.

Además de todo esto, nos pidieron análisis de sangre actualizados que también hicimos a través del seguro privado. Si no lo tienes el coste aprox es entre 20€ y 30€.

Tratamiento de ovodonación. 6.000€
Este es el gran montante. Incluye estudio donante, pruebas consultas y ecos a ambas; medicación y compensación económica donante; quirófano para extracción de ovocitos; laboratorio y transferencia. Este importe lo tenemos que abonar justo el día que se haga la punción y marido lleve la muestra de soldados.

Y hasta aquí es todo, próximamente os contaré el resto de medicación que tengo que tomar y el coste de lo que quede…

Y a vosotras, ¿cuánto os ha costado el tratamiento?, ¿qué fue en lo que os fijasteis para elegir clínica? ¿hay alguna que haya hecho tratamiento con donante compartida y pueda contarnos para poder comparar coste y resultados??
Un beso a todas

martes, 29 de octubre de 2013

Mi ovodonación. 1ª Fase

Al final las vistas de la semana pasada salieron todas bien. Respecto a la carga genética, queda descartada esa posibilidad, así que me quedo más tranquila. Controles rutinarios y vida absolutamente normal.

La siguiente cita, la de mi tratamiento, fue rápida pero intensa, ecografía incluida (que ya echaba yo de menos espatarrarme en la consulta de mi gine).
Comenzamos el tratamiento. La cita fue el jueves, así que me ha mandado tres días más de píldora. El viernes me tuve que pinchar Decapteptyl de 3,75mg y el domingo tomé mi última píldora. Ahora a esperar a que me baje la warry para empezar con la meriestra.

Mi gine calcula que la transferencia será entre el 15 y 20 de noviembre, pero siempre en función de mi regla y del tratamiento de mi donante.
De mi “hada”, como muchas blogueras llaman a su donante en las redes, pocos datos me dieron porque mi gine dice que es mejor no saber. Yo la verdad no me he planteado nada respecto a ella, me fio de mi gine, que dice que encaja muy bien conmigo. Sólo sé que ronda los veintitantos (a mi mente vienen los 28 pero eso es algo que mi imaginación ha creado por su cuenta), y sobre todo y lo más importante tiene fertilidad probada porque tiene un hijo propio.

Una cosa curiosa desde que empezamos en serio con este nuevo tratamiento, es que tengo una sensación extraña. Por un lado nervios y mucha ilusión de que salga bien; y por otro, tranquilidad absoluta de que la parte clave no depende de mí. Si, ya sé que muchas pensareis que la parte clave del tratamiento es que se queden conmigo 9 meses, pero no, para mí la parte clave es que haya embriones sanos y fuertes y que evolucionen, y que pasen del tercer día e incluso lleguen al quinto. Eso para mí ya es un triunfo, porque con mis óvulos, nuestros embriones dejan de crecer al tercer día por lo que la probabilidad de que evolucionen dentro de mi es más que baja por no decir nula. Así que si, puedo afirmar que con la ovodonación me he quitado un peso de encima. Para empezar no tengo que pasar por el rollo del tratamiento que suponen los pinchazos diarios, las ecos y la punción. Como no tengo que pasar por todo ese proceso, también me quito de un plumazo ese estrés antes de cada eco por saber si todo va bien y los folis van creciendo como debe de ser. Tampoco tengo que someter a mi cuerpo a una nueva sobre medicación que, después de 4 Fiv, ya podría empezar a resultar peligrosa. Y tampoco tengo que pasar los efectos secundarios de la punción, que sin ser excesivamente molestos, tampoco son plato de gusto.
Lo cierto es que me siento muy, pero que muy tranquila, es como que esto no va conmigo, como que mi papel es secundario, pero sobre todo me siento con menos responsabilidad y eso me ha aligerado mucho el viaje. El otro día le comentaba esta sensación a marido, y el pobre me decía que ahora todo el “marrón” era para él. Que si algo fallaba sería por su culpa…. Ay pobre!, me debió de ver tan tranquila que se sintió un poco solo en esto… Pero ya le tranquilice yo: ¡si en ninguno de los tratamientos anteriores ha habido ni un solo problema con tus solados. Si siempre han sido muchos, rápidos y fuertotes, de qué tienes que preocuparte!! Y se quedó más tranquilo.

En fin, no sé si es cuestión de conformismo, o capacidad de adaptación, pero me siento feliz, segura y sobre todo muy tranquila. Con ganas de que llegue ya el día de la transferencia porque tengo la corazonada de que esta vez sí que nos va a cambiar al vida.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Miedo, nervios e Ilusión

Miedo: Mañana  a las 13h tengo una cita en Consejo Genético del Hospital Clínico de Madrid, allí me dirán si el cáncer que sufrió mi madre es de carácter genético y qué opciones de prevención tenemos mi hermana y yo.

Nervios: Mañana a las 15h, tengo cita con Mi ginecóloga para empezar el tratamiento de ovodonación. Ya tenemos donante y ya estoy tomando meriestra, y previsiblemente a mediados de noviembre será la transferencia…
Ilusión: Porque creo que todo va a salir bien. Espero que genéticamente no tenga nada por qué preocuparme y siento que este tratamiento que empiezo, abre una nueva etapa en nuestra vida. Marido me acompañará a ambas citas y sé que tengo su apoyo pase lo que pase. El futuro es incierto pero con alegría y optimismo todo se lleva mucho mejor.

Me siento feliz!!

martes, 22 de octubre de 2013

Cuando una puerta se cierra.... ¡una ventana se abre!

En una entrada anterior ya conté un poco nuestro problema de infertilidad, y aunque desde un principio me plantee la ovodonación como una posibilidad, hasta que no te vas dando cuenta de que las cosas no funcionan, no eres consciente de que es tu única posibilidad de quedarte embarazada.

En nuestro último tratamiento los médicos de la SS fueron claros con nosotros, aunque yo respondía correctamente y con cantidad de óvulos, tras la fecundación, los embriones no evolucionaban y se perdían. Así conseguimos en la 4 FIV 5 embriones al tercer día: 1A, 2C y 3D, me pusieron 1A y el mejor de los C, y el resto se dejaron hasta el 5 día por si podían congelar.
La beta fue negativa, pero cuál fue mi sorpresa que el día del análisis, cuando subí para coger el informe de la FIV, la embrióloga me dijo que teníamos dos embriones vitrificados. Mis primeros vitrificados en 4 FIV´s!! Os podéis imaginas como me puse de contenta!!

La alegría duró poco y tras el tratamiento para la implantación de mis esquimalitos y los 15 días de rigor de la betaespera, el resultado una vez más, fue negativo.
Tras esto, nos presentamos en la consulta de la SS a coger nuestro informe final de todo el proceso y de plantear opciones para seguir, cambiar de dirección o abandonar la búsqueda. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, cómo podría ser, que después de tantos intentos y tantos embriones conseguidos, siguiésemos ahí con las manos vacías y sin saber a dónde tirar. El médico que me atendió me dijo muy clarito, puedes intentarlo una vez más (aunque yo como médico no te lo aconsejo porque llevas ya 4 Fiv´s y con tus antecedentes, la gran carga hormonal se puede transformar en algo muy malo), o puedes optar por la ovodonación, para este proceso tienes que tenerlo muy claro, pensarlo mucho y decidir. Si decides que sí es una opción con muchas probabilidades de que salga bien, hoy en día las ovodonaciones representan casi el 60% de todos los tratamientos que se realizan en las clínicas privadas y con resultados muy buenos (este dato me sorprendió bastante).

Con ese discurso y nuestro informe médico nos marchamos a casa.
Los días siguientes fueron muy duros, porque aunque según iban avanzando los tratamientos y vas leyendo información, te vas planteando ciertas cosas, no es hasta que te tienes delante de tus narices el problema que no te das cuenta de verdad tu única vía hacia el embarazo…
Y pasé mi duelo genético, ¡yo que siempre dije que tendría dos hijos míos y por lo menos uno adoptado!, ¡qué lo tenía clarísimo desde pequeña! que si no tenía pareja, adoptaría un par de hermanitos a los que dar una familiar… En fin, cómo es la vida, tú te imaginas una cosa y ella de un plumazo te da un bofetón que te pone del revés.

He de reconocer que lo pase mal, pensé en cosas que nunca se me habían pasado por la cabeza, incluso me plantee tirar la toalla, pero el mero hecho de pensar que nunca sería madre, me hacía mucho más daño que aceptar que mis hijos no serían mis hijos pero que sí serían míos.
Y aunque parezca una contradicción, lo cierto es que, si todo sale bien, serán míos, yo les daré mi sangre, se alimentarán de mí, les daré cobijo durante 9 meses y llegado el momento les pariré y serán recibidos con el mismo amor con el que fueron buscados. Y durante toda mi vida daré gracias una y otra vez a la ciencia por poder darme una oportunidad para conseguir mi sueño;  y a mi donante por darme la semilla, que hará crecer en mí el mejor regalo que la vida pueda darme.

martes, 8 de octubre de 2013

¡Cuánto te echo de menos!

Hoy es tu primer cumpleaños sin ti.
Hoy me ha dolido en el alma no poder llamarte.
Hoy he notado mucho tu ausencia.

Desde el primer día que te fuiste he tenido la necesidad de escribirte, de contarte como me sentía, de decirte lo mucho que te quiero y lo mucho que te voy a echar de menos y sobre todo para darte las gracias por todo lo que me enseñaste. Sin duda alguna, una de las mayores lecciones de vida que me diste fue tu fuerza y tu lucha hasta el final, también tu alegría y ganas de vivir, de ser feliz y de hacernos igual de felices a todos los de tu alrededor.

A veces me despierto pensando en llamarte para contarte algo de día anterior, la sensación es automática y en un instante soy consciente de la cruda realidad, ya no estas, y esa llamada ya nunca se producirá, y me encantaría sentirte a mi lado, saber que desde algún lugar lejano me cuidas y me sigues.

Se que el resto de mi vida te voy a echar de menos y me siento huérfana desde que te fuiste, a veces el dolor es tan fuerte que creo que nunca lo voy a superar. Dicen que el tiempo lo cura todo, así que solo espero que poco a poco pueda recuperar los buenos recuerdos escondidos en mi memoria y borre de mi mente los últimos momentos que tuviste que pasar.

Te quiero y te querré toda la vida.
Gracias por todo el amor que me diste.

martes, 1 de octubre de 2013

Yo también soy infertil

Últimamente en varios blogs que sigo, se ha repetido varias veces el título de esta entrada, supongo que para todas ha sido una forma de reivindicarse, de proceso de conocimiento propio y sobre todo de un mecanismo para decir/ gritar al mundo nuestra condición.

Para mi empezar con esta entrada es una parte más del proceso por el que estoy pasando los últimos meses, realmente es algo que ya me imaginaba hacía tiempo, pero después del último negativo y tras las opiniones de los médicos, debo y tengo la obligación de asumir mi condición.

Empecemos por el principio pero sin dar muchas vueltas. Nuestra historia comienza hace 5 años, al poco de empezar nuestra búsqueda nuestros sueños se ven recompensados con un embarazo casi sin pensarlo, lo malo es que la alegría nos dura poco y a las 11 semanas lo perdemos. Tras esto, se suceden un par de años de búsquedas infructuosas hasta que  nos decidimos por tomar cartas en el asunto y acudimos a varias clínicas de fertilidad para encontrar respuestas (aún hoy seguimos sin tener la certeza de cuál puede ser nuestro problema), tras 3 IA en la SS, 1 Fiv en Ginefiv y 3 Fiv más en la SS, nuestro diagnóstico es muy contundente: Fertilidad de origen desconocido con “posible” fallo ovárico por mala calidad ovocitaria.

Y lo de “posible” no es broma ni mucho menos, realmente no pueden asegurarnos que mis óvulos sean una patata, pero por los resultados de nuestros tratamientos y por eliminación es lo único que pueden decirnos para darnos un diagnóstico más concreto.

Por el camino, nos ha pasado de todo, que os voy a contar, si estáis leyendo esta entrada es porque probablemente estéis pasando por lo mismo y os podéis imaginar la sensación de impotencia que tenemos dentro cada vez que nos dan un negativo, y nos hundimos, nos caemos en lo más profundo y en la más absoluta de las tristezas y al poco tiempo, sin saber ni cómo, renacemos de nuevo y continuamos con las mismas ilusiones del principio… Yo desde luego nunca me pude imaginar que me levantaría una y otra vez a luchar de nuevo sabiendo que lo que hay al otro lado es incierto…

Me acuerdo que cuando perdí mi primer embarazo (también tuve un bioquímico en mi 3 Fiv) pensé que esto no me podía estar pasando, pronto asumí que son cosas que pasan y que pronto estaría de nuevo embarazada. Ilusa de mí. Todo el mundo me decía que no me preocupase, que me quedaría de nuevo enseguida, que no me obsesionase… Ahora 5 años más tarde, aquí estoy, con el corazón estrujado y las ilusiones pisoteadas una y otra vez, pero con fuerzas para seguir.. He llegado incluso a plantearme que a lo mejor mi destino es este, vivir sin hijos, pero sinceramente no soy capaz de verlo, y mientras pueda y tenga energía lo voy a seguir intentando de todas las maneras posibles.

Si señores, soy INFERTIL, y la infertilidad es una mierda, sobre todo porque si el primer diagnóstico hubiese sido desde el principio ese, seguro que nos habíamos ahorrado muchos sufrimientos y padeceres, porque pasar por los tratamientos de fertilidad no es un juego de niños, porque cada vez que empiezas tienes la ilusión de que esta va a ser la tuya y luego vas y te caes de nuevo, y cada caída es más profunda porque llueve sobre mojado, y cierras una herida con la ilusión de que a la siguiente será, y ahora vas y le sumas el cocktail de hormonas, y te conviertes en una bomba de relojería, y te afecta a tu relación de pareja, a tu vida social y te conviertes en una bola de nervios, frustración y sensación de que todo gira en contra tuya.

Y cuesta, cuesta mucho salir de ahí y tratar de ver las cosas desde otra perspectiva, mucho más relajada y consciente. Pero hay que hacerlo Hay que hacerlo porque el objetivo está claro pero no puedes perderte por el camino. Yo ahora estoy en ese proceso y os aseguro que me ha costado mucho trabajo llegar hasta aquí, pero la vida sigue y no podemos estar todo el día pensando en lo desgraciadas que somos, hay que levantarse y seguir adelante, luchando por los sueños y que nunca nos podamos arrepentir de no haberlo intentado.

Si señores, soy INFERTIL, pero eso no va a impedir que sea feliz.